La pagina web de "Ataxia y atáxicos" (información sobre ataxia, sin ánimo de lucro) es: http://www.ataxia-y-ataxicos.es/


jueves, 25 de febrero de 2016

La chica del corazón tatuado (Primera parte)

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Pilar Ana Tolosana, paciente de Ataxia de Friedreich, de Vitoria..

Notas previas del administrador del blog:
1- Para adaptarlo al sistema blog, este relato de Pilar Ana ha sido dividido en dos partes. Aunque a las noticias referidas a la enfermedad suele dáselas prioridad de edición, se intentará editar los dos capítulos en días consecutivos. En cualquier caso, siempre se hará constar los enlaces a las partes anteriores.
2- Este relato un Segundo Premio en un certamen de FRATER. Pilar Ana afirma recordarlo siempre con cariño, porque fue una de las cosas que le ayudó a continuar escribiendo
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- I parte -

Sara hacía los recados a su madre desde hacía ya algo más de dos años. Había cogido las mismas costumbres horarias que su progenitora: a las nueve de la noche entraba airosa en el hipermercado con su cuadernillo donde llevaba apuntada la lista de los productos que había de comprar. A última hora, la mayoría de la gente ya ha hecho sus compras, y la tienda está más o menos desalojada.

La madre de la chica estaba afectada por una embolia, que le había dejado apenas sin capacidad de movimiento y sin poder hablar. La pobre mujer balbuceaba con dificultad unas torpes palabras que su hija le había enseñado a decir, y por las cuales la joven sabía si la anciana tenía sed o hambre, si quería dormir o prefería ver la televisión. Sara trabajaba en casa, y así, podía pasar casi todo el día al lado de su madre. Sólo se ausentaba para ir a hacer las compras, o si quedaba con alguna amiga para tomar un cafetito, pero por poco tiempo. La vecina se encargaba de cuidar a la señora cuando la muchacha salía, pero enseguida se impacientaba, y tenía que volver a su casa a hacerse cargo de su marido y sus hijos.

No había nadie más que pudiese ayudar a Sara con lo de su madre: El padre de la chica había muerto en un accidente de tráfico cuando todavía era pequeña. Y después de esto, las dos mujeres hubieron de salir adelante. No tenía hermanos, pero la madre sí tenía una hermana que de vez en cuando mandaba dinero para acallar su conciencia, aunque por allí no se pasaba ni para preguntar la hora.
Había de seguir dependiendo de la vecina, la señora Aurelia. La mujer era de buen corazón y hacía lo posible por ayudar, pero estaba muy ocupada con las tareas domésticas y atendiendo a su familia. Por esto, Sara entendía que a veces refunfuñara y se enfadara si llegaba más tarde de lo previsto.

Dejando a su madre en manos de la señora Aurelia, partió hacia el mercado a la hora de todos los días.
- ¡Eh, chiguita! -gritó la vecina por la ventana antes de que Sara cruzara la calle y no pudiera oírla.
- ¿Qué pasa? -se giró alarmada.
- ¿Te importa cogerme una botella de aceite Carponell de un litro y medio? ¡Luego te pago! ¡Es que esta mañana, cuando he ido al hiper, me he puesto a mirar las lechugas, y se me ha olvidado coger el aceite! -advirtió.
- ¡Claro que no me importa! -respondió Sara.

Después del susto, Sara retomó el camino al hipermercado, y llegó allí en unos minutos. Su corazón había dado un vuelco al pensar que la vecina podía haberle llamado porque algo malo le ocurriese a su madre. ¡Pero no! Se había sentido aliviada al ver que la causa de la llamada de la vecina había sido otra, sin la menor importancia.

En el interior del edificio, fue a tomar uno de los carros dispuestos en filas para transportar los productos comprados. Allí se topó con una de sus amigas que estaba aparcando el cuatro ruedas.
Se dieron dos besos en la mejilla cuando se vieron.
- Tengo que contarte la ultima ocurrencia de mi marido. ¡Es brutal! -exclamó la amiga de Sara.
- ¡Bueno, chica, pues cuando quieras! -respondió interesada.
- Ahora no puedo, Sara. Ya he metido las compras en el coche y tengo al niño esperándome dentro. Sólo venía a dejar el carro. Luego te llamo, y quedamos para tomar un café mañana. ¿Te parece bien?.
- Está bien, Dorita -respondió Sara suavemente, a la vez que se despedían con un cariñoso abrazo.

Sara y Dorita se conocían de la Facultad. Está chica tuvo que salir al quedarse embarazada y casarse con el que entonces era su novio. Dorita había vivido siempre a dos pasos del hipermercado, pero ahora vivía a las afueras de la ciudad. Sara había estado en su nueva casa dos veces, y se fijó en que al lado había una tienda de ultramarinos. Sin embargo, Dori prefería ir al hiper de su barrio anterior, donde se encontraba con antiguas amistades, y recordaba viejos momentos.

Recordó el encargo de su vecina: un litro y medio de aceite Carponell... Empujando el carro, buscó el pasillo donde se encontraban los aceites. Una vez allí, introdujo la botella en el interior del carro. Al salir, otro carro que se dirigía a la zona de las verduras, chocó brutalmente con el de Sara que, entonces, vagaba buscando un bote de garbanzos.
- Pero, ¿estás ciego? ¡Inútil! -chilló Sara al conductor del carro que había colisionado con el suyo.
- Lo siento, lo siento -expresó un chico, colocándose bien las gafas.

La muchacha continuó su compra hasta llegar a la balda donde se exponían los jabones. Allí, quiso hacerse con la marca que se hallaba en la parte superior. Se estiraba y estiraba para poder alcanzar su marca favorita de jabón, pero le faltaban dos palmos para llegar al estante. y no lograba su iniciativa. Por detrás se acercó el chico de las gafas y, gentilmente, se ofreció a ayudarla. A él sólo le faltaba un palmo para llegar al jabón que quería Sara, y saltó para hacerse con él.
Tuvo tan mala suerte en el salto, que el artículo se le resbaló de las manos, y cayó sobre la cabeza de la chica propinándole un chichón... Sara perdió el equilibrio y se abalanzó sobre el muchacho, que, para mantenerse en pie, quiso agarrarse a algo fijo, encontrando sólo el carro de Sara. El vehículo no le proporcionó ninguna ayuda. Por el contrario, hizo más espectacular su caída sobre la balda de los jabones que se rompió en dos mitades.

(Continuará mañana).

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Notas del administrador del blog:

1- En el enlace: http://www.ataxia-y-ataxicos.es/ESCRIT/V-PIANTO.htm, puede hallarse la descripción y forma de adquirir los ocho libros autoría de Pilar Ana Tolosana.

2- No obstante, la penúltima novela de Pilar Ana, 'El circo de la noche' también puede adquirirse en la Tienda virtual de STOP-FA... donde se vende, por Internet... y cuyos beneficios de venta se destinaran íntegramente al proyecto de investigación en Ataxia de Friedreich
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